HISTORIAS DE GUERRA
DE JUAN SANZ JUSTE

Aquí está el audio y la transcripción correspondiente de dos cintas (en cuatro partes) que fueron grabadas por Juan Sanz Juste en Barcelona a petición de su cuñado Antonio Mediavilla.

La fecha se desconoce pero parece ser que fueron grabadas por ahí del año 1991 o 1992. Juan ya estaba ciego y enfermo.

El audio fue grabado de mala manera por lo que en ciertas partes no se puede escuchar bien. La transcipción no es perfecta, pero ayuda a entender mejor lo que se escucha. Aún así, hay varias partes indistinguibles.

Juan Sanz Juste nació el 25 o 26 (no es seguro si el 25 o el 26) de mayo de 1906 en Fuencarral, Madrid. En ese entonces Fuencarral era un pequeño pueblo aledaño a la capital que más tarde (en los años 60 o 70) pasó a ser una zona periférica de Madrid.

Juan fue el mayor de cinco hermanos: el segundo murió siendo un bebé, al parecer de viruela, y luego nacieron María (n. aprox en 1910), Valentina (n. aprox 1912) y Cástor (n. aprox 1917/18).

Siempre destacó por su firmeza de carácter y su espíritu sensible, curioso e independiente. Aunque estudió algo de medicina y le hubiera gustado ser un explorador en África, al estilo de Livingston o Schweitzer, era el brazo derecho de su padre gestionando la ferretería que tenían en la calle de Nuestra Señora de Valverde, Núm. 27, de Fuencarral. La familia era acomodada, con nanas para los hijos, y periódicamente la madre organizaba la entrega de limosna a los pobres que se ponían en fila a la puerta de la casa para recibirla. También era una familia muy unida, entre ellos se querían mucho. Eran también una familia bastante ilustrada, el padre era un gran lector, muy influenciado por las ideas de la Revolución Francesa, y les inculcó esas ideas a todos sus hijos.

Cuando estalló la guerra en España, Juan tuvo muy claro lo que tenía que defender y enseguida se involucró de lleno, abrazando las ideas más socialmente avanzadas. Cástor, a pesar de ser 11 o 12 años más joven, no tardó en seguirle.

Juan fue muy valiente y comprometido con la causa. Se hizo miembro del partido comunista y fue comisario. Estuvo en los frentes de Madrid, Guadalajara, el Ebro, batalla de Teruel, jugándose el tipo cada día, a cada rato. Fue parte de los hombres de Enrique Líster y tuvo frecuente contacto con los voluntarios de las Brigadas Internacionales. Luchó defendiendo Madrid hasta el final, luego pasó a Alicante, Barcelona, el Pirineo y a Francia. Estallada la Guerra Mundial pasó a París y se enroló en la Resistencia.

Primera Parte

salí de casa

vestido de paisano

que me parecía que era otro y empecé la pesquisa

a llamar en todos los sitios conocidos y hacer indagaciones por todas partes

en todos los sitios me resultaba nulo

unos los habían matado otros se los habían llevado hacía días y no se sabía dónde estaban y otros habían desaparecido

se habían escondido

así las cosas al día siguiente

volví de nuevo y hice lo mismo pero nada

cuando iba a casa de unos amigos

de repente

al desembocar en una calle me topé de frente con la

gente que hacía la requisa, con los que recogían a la gente

me metí en un portal y me subí hasta el final de la casa al último piso para hacer tiempo mientras tanto pasaba la vigilancia

cuando bajé ya habían pasado se habían ido

cuando llegué a casa de los que yo buscaba me abrió la madre de estos y me dijo se los han llevado hace tres días al matrimonio a mi hija y al chico al hijo

entonces quise salir y me dijo no, no salgas es peligroso

quédate aquí conmigo y por la mañana si acaso sales

me quedé allí con la señora

y por la mañana salí

me di una vuelta por el centro

siempre buscando lo mismo pero sin encontrar nada

en un momento dado fui a casa de la patrona que tenía José Luis Gallego

me dijeron un momento cuando llamé a la puerta

y salió José Luis Gallego limpiándose las gafas y mirándome de reojo porque no me conocía al verme de paisano por fin me conoció me abrazó me dijo lo que había

pero que allí no me podía quedar que podía ir a casa de su novia

que esta había alquilado un piso de dos habitaciones con su hermana y un chico de las juventudes Alicantinas, ahí que me fui

llamé a la puerta, me abrieron

se dieron mucha alegría y me quedé allí con ellos

al segundo o tercer día de estar allí con ellos a la hora de comer, estando comiendo

llamaron a la puerta de la habitación

del piso

cuatro o cinco mozalbetes y algún policía

abrió la chica la puerta y ellos dijeron venimos a hacer un registro

a mí se me quedó un poco paralizada la sangre

estaba comiendo y los garbanzos no me pasaban ni para adelante ni para atrás

miraron sí sí pasen miraron dieron una vuelta y enseguida en poco más de un minuto salieron sin decir nada, se fueron

entonces tomé un poco de agua y me pasaron los garbanzos

cuando ya se habían ido

le dije yo estos vuelven y ellos me dijeron no ya no vuelven no ves que han visto que no había nadie

estos vuelven y yo aquí a la tarde no me quedo

efectivamente a la tarde, al atardecer

me largué de ahí

sin rumbo, sin saber dónde podría pasar la noche, y me fui hacia Rosales

y en las casas derruidas que había allí en una de las habitaciones que todavía estaba en buen estado tumbé eche unos periódicos y me tumbé y ahí pase la noche

por la mañana salí y nada más ahí me fui a la casa

Ahí al entrar la portera me vio y me dijo no suba que no hay nadie en el piso se los han llevado a todos

yo sin decir una palabra me largue de ahí y me marché

empecé a deambular no sabía dónde ir

ni qué hacer y dónde tomar algo

y decidí entrar en uno de los bares de la Gran Vía de los más grandes

allí pedí un café grande

con leche

y una tostada

cuando me lo había comido

di vueltas en la imaginación

y en un momento dado

cuando el camarero se había emitido

por uno de los vericuetos del café

Salí yo por la otra puerta y me largué sin pagar por supuesto no tenía dinero

seguí caminando

y cuando ya llevaba

poco más de una hora entré en otro café

hice la misma jugada

total, ya era la hora de comer y había que ver dónde se podía comer y como

pues sí al final

resolví el problema y comí, comí sin pagar

agarré un trozo de chorizo lo metí debajo del periódico y con pan me lo embutí

ya había marchado yo con la tripa un poco llena y seguía dando vueltas

sin saber dónde iba

cuando se me hizo más tarde

me volví hacia La Moncloa a Rosales y allí bajé y entré en un en uno de esos hoteles hundidos y allí me quedé

por la mañana amanecí y cuando me levanté vi que había un hombre sentado en un banco como si estuviera tomando el sol

me senté allí donde estaba este señor charlamos un poco y enseguida nos dimos cuenta el uno del otro y el otro del uno que estábamos en igualdad de condiciones

este hombre ya se confió un poco conmigo y al rato se metió la mano en el pecho

y del interior sacó un papel de seda que cubría una fotografía

el hombre tenía la cara muy triste cuando me hacía me enseñaba eso

era la fotografía de su mujer y de sus dos hijas vestidas de de Falange alemana

con un uniforme y con una cruz gamada cada una de ellas en el brazo

me contó que él vivía con ellas que eran sus hijas y su mujer en Nueva York y aquel verano

ellas se fueron de vacaciones a Berlín y estalló la guerra y no las dejaron salir de ahí entonces el hombre se vio solo

y se alistó con unos cuantos más hacia España en la

en una división de de internacionales desde Nueva York

hizo toda la guerra con nosotros pero cuando a los internacionales les evacuaron como él era gallego se alistó con Líster y allí terminó la guerra y allí es donde después me encontré yo con él

me dijo que podía ir a donde él dormía que era allí al lado

que tenía una habitación relativamente buena pues hasta había una alfombra una estera muy buena en el suelo

y ahí fui y ahí lo pasé con él varias noches allí nos quedábamos nos buscamos una almohada

y estando ahí pues dándole vueltas a la cosa y buscando la forma de comer y de vivir

pensamos y me dijo él que tenía un amigo

un camarada que iba a Barcelona una vez por semana con un camión de transporte

que este podría llevarnos a Barcelona

cómo lo de Madrid estaba feo

acordamos ir a Barcelona y este hombre este camarada

nos dijo un día que tenía un poco de holgura en la carga que podíamos ir con él

fuimos con él nos tapó con unos sacos y hasta Barcelona

en Barcelona no nos las contábamos muy felices

por resultaba que si bien allí no había pesquisas o detenciones por la calle porque ya hacía meses que había estado que habían entrado los fascistas

no se podía en cambio hablar con nadie porque nadie le atendía a uno y nadie le hacía caso todo el mundo desconfiaba de todo el mundo

luego la cosa seguía siendo difícil para nosotros muy difícil

acordamos entonces en Francia

y un día amanecimos en Puigcerdà

en Puigcerdà cogimos la montaña trepamos por ella

y fuimos a parar a la coya de Toses atravesamos la coya de Toses por un sitio muy difícil

y salimos a Francia

cuando andábamos una media hora o tres cuartos de hora por terreno francés

vinieron los gendarmes y nos detuvieron

nos mandaron a Perpiñán y de Perpiñán el prefecto dijo que estaríamos muy bien en San Ciprián y nos largó a San Ciprián

en San Ciprián nada más entrar en la barraca

me puse en contacto con los amigos

con los dirigentes de allí que era Carrión y Ruiz

al día siguiente vino un camarada que decía que era el que llevaba el trabajo de España

hablamos los dos y me dijo que tal cual estaba yo que tenía que reposar una temporada y que iría a Perpiñán a casa de un camarada y allí redactaría un informe sobre lo que había visto y sucedido en Madrid

así lo hice

me sacaron un día de San Ciprián, me llevaron casa de este camarada

me tuvieron allí en el interior de una habitación sin salir para nada de nada

y cuando hacía casi un mes me volvieron otra vez a San Ciprián

con el informe hecho cuando entregué el informe me dijo el camarada que llevaba

el trabajo de España

no te preocupes que dentro de unos días esto estará en París y ya te avisarán

pasaron esos días

pregunté y me dijeron no tengas prisa hombre ya vendrá

pasaron más días volví a preguntar y me volvieron a dar una contestación parecida

pero cuando ya pasó un tiempo que a mí me parecía que era demasiado

le cogí a este camarada y le dije háblame claro que esto no me huele a mí bien

y el camarada me dijo un poco enfadado pero hombre no mandamos tú informe porque cómo crees tú que íbamos a mandar tu informe que era una cosa tan pesimista cuando yo tengo informes casi semanales de gente que viene de España, de Barcelona, de Madrid, de de incluso de Asturias

que me hablan de otra manera distinta algunos ya me dicen que está todo preparado para lanzarse contra Franco

en fin este me lo contaba de una manera poco más o menos como que quedaba todo arreglado y volveríamos a España en un rato

me enfadé mucho con él discutimos no nos poníamos de acuerdo mis puntos de vista eran distintos y me llegó a tomar por un hombre pusilánime

y sobre todo de derecha o poco menos

por supuesto que me enfadé con él hasta el extremo de que cuando nos cruzábamos por el campo ni no saludábamos

ahí seguí yo como todos

pero el tiempo no había parado continuaba

y al continuar pues estaba eso de la guerra de las minas una mina explotaba contra un barco

un barco chocaba contra una mina etcétera etcétera

los alemanes habían cogido ya Austria

se disponían a coger Polonia

la cosa estaba bien clara

los franceses estaban totalmente cagados o al menos

muy vacilantes

un día dieron la orden de desocupar todos los campos de concentración españoles

nos militarizaron a todos

nos llevaron una compañía de trabajo voluntaria forzosa y

la mía nos llevó en un día hasta un poco más arriba de Burdeos a 60 km allí nos descargó y nos dejó en las proximidades de un pueblo pequeño que se llamaba Montril de (indistinguible) se llama

y en un pajar muy grande nos arrojaron

y ahí estuvimos cuatro días mientras terminaban unos barracones

terminando los barracones nos sacaron y nos instalaron en unas máquinas

de hierro fundido unas prensas en las cuales en cada prensa colocaron dos hombres para que hiciéramos bloques de cemento o ladrillos

esto era de una compañía francesa que se titulaba De Grand Travaux De La Marseillaise

era gente que trabajaba para el Estado los que nos dirigían eran dos oficiales

que iban de paisano y que no se los veía el pelo por allí de ninguna manera

durante tres o cuatro días

nos instruyeron en una cosa…

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…pero era un polonés el polonés éste al tercer día se largó

y el uno de los oficiales uno de los jefes me vino a decir a mí que yo me hiciera cargo de todo eso que como sabía francés yo podía ser el el jefe y me hicieron jefe

seguíamos haciendo bloques y más bloques

una vez por semana nos traía la intendencia

y casi una vez por semana venía este es uno de estos señores monsieur Corni u otro señor que creo eran coroneles del Ejército

a por la lista de los bloques que habíamos hecho y las necesidades que teníamos de arena, cemento, agua, y demás enseres naturales para hacerlo

no había luz eléctrica

eran unas máquinas o prensas en las que el betún o sea el cemento lo amasábamos en el suelo y en una carretilla

lo repartíamos después por las con un embudo dentro de las máquinas éstas un par de paladas y salía el bloque

poníamos una vibradora que se movía un poco al minuto o cosa así parábamos la vibradora levantábamos el bloque levantábamos el molde y salía el bloque ya terminado

esta era nuestra misión

la comida era siempre en frío como no había luz eléctrica no podíamos calentar nada

ni nos dejaban hacer fuego

nos prohibieron totalmente ir al pueblo esto era totalmente prohibido

no se podía bajar para nada y así fue

la intendencia nos la traían como digo una vez por semana consistía

en sardinas en lata, quesos, y algunas fiambres con pan y vino eso sí mucho vino todo el vino que queríamos teníamos una gota una cuba muy grande y a trabajar

y venga a hacer bloques un día uno de estos señores

como la guerra seguía caminando

me dijo tiene usted que decirles a estos señores

que hay que trabajar más que hay que hacer más bloques

yo le dije señor yo no puedo decir eso porque son compatriotas míos y no tengo ninguna autoridad sobre ellos él dijo oh lalala y se largó sin más

poco tiempo después

vino el otro señor monsieur Corni con la misma monserga

la guerra apretaba y según él había que hacer más bloques

señor yo no puedo

decirles a mis compatriotas que hagan más bloques porque no se puede

tiene que decírselo usted señor

cómo se lo voy a decir yo no me entenderían

y le digo no importa usted lo dice yo lo traduzco ellos lo entienden y se hace

oh lalala! y se largó

pero esta vez ya me dijo al marcharse au revoir

esto no lo había dicho nunca

así pasaron los días

y seguíamos con los bloques pero cada día

la guerra se aproximaba más

un día monsieur Corni haciéndose un poco el civilizado se acercó a mí

y me dijo monsieur usted cree que los alemanes tomarán París?

y yo le dije sí señor yo lo creo y usted también

oh lala!

y agregó son muy fuertes tienen tanques

digo usted sabe mejor que yo que los tanques se les puede parar

como?!

digo mire, se hace una trinchera con una franja por donde se supone que pueden venir se meten los hombres ahí en la zanja se esconden

y cuando vengan

estos hombres con todo sus cuerpos lleno de granada de mano cuando vengan los tanques a su altura le lanzan las granadas al engranaje a la cadena se desarman las cadenas y el tanque no marcha se para

oh lala!

y se largó, pero esta vez también me dijo au revoir monsieur hasta la próxima

se fue, me quedé y así siguieron las cosas

pero los alemanes seguían apretando

ellos cada vez estaban más nerviosos

cada vez querían que trabajáramos más cosa que no podíamos

entonces se permitieron hacerme a mí algún regalo

cigarros puros y algunas otras cosas

un día me trajeron una botella de champagne

para ver si apretaba más la gente

pero los únicos que apretaban eran los alemanes

los demás nada

llegó un momento en que la cosa se aproximaba de tal forma que estaban cerca de Soleymieux a 60 kilómetros de donde estamos nosotros allí en el río Loire

en Soleymieux había estado la Academia de Caballería que por cierto parece ser que se hicieron fuertes cuando llegaron los alemanes y resistieron casi por lo menos tres o cuatro horas no más

bueno como la cosa se ponía tan fea un día me dice el señor

uno de ellos

monsieur

mañana dejan ustedes hacer bloques

desmontan las máquinas

y va a venir un tren que nos llevará a todos a Burdeos a ustedes las máquinas y todo lo ponen el tren hay un vagón para ustedes y a Burdeos

bueno

se marchó el señor

conté lo sucedido a los camaradas y los camaradas dijeron riéndose aquí no nos vamos a quedar para esperar a los alemanes

nos repartimos la intendencia

incluso unas botellas de vino llenamos

comimos aquel día muy bien fuerte y con la intendencia repartida

todos desaparecieron de allí pero como por encanto

sólo se quedó uno de ellos conmigo

un camarada de Huesca que tenía un primo carnal en Burdeos que había estado o estaba allí desde antes de la guerra

subimos el tren cuando vino este

y nos bajamos en Burdeos

en el tren venían dos vagones repletos de soldados poloneses con sus oficiales

y otro vagón de vietnamitas

todos estos valientes se iban para el sur

huyendo de la guerra que estaba en el norte

nosotros en el tren llegamos a Burdeos fuimos a casa de este amigo

el amigo nos tuvo allí 8 o 10 días y nos buscó un alojamiento

en el campo en el monte

para cortar leña

ya empezaron a ir por ahí los alemanes

se les veía por todas partes

nosotros estábamos en el bosque cortando leña

aquello a mí no me gustaba mucho

por lo que un día les plantee porque no hacíamos algo en contra de los alemanes

no les gustó, me pusieron mala cara, y me dijeron que eso era una locura y tal

total que a partir del día ya no nos entendimos

nos mirábamos un poco de reojo

entonces no me quedó más remedio

que un día de madrugada salir caminando y así llegué a Burdeos

llegué a Burdeos, me volví a instalar en casa de la prima de este chico

me tuvo allí unos días y ya en Burdeos enseguida encontré gente conocida

vi a Juan Fernández del Pozo el aviador

que trabajaba en el campo de Meriñá con los alemanes en la aviación

a Juan López un camarada de Madrid de Vallecas al que hacía poco más de un mes que habían matado a su hermano los anarquistas franceses

y a tres o cuatro más que no recuerdo ahora sus nombres

todos estos formamos un grupo y empezamos a trabajar en contra de los alemanes

Fernández Del Pozo Juan Fernández Del Pozo me presentó a su jefe

y éste me embochó o me empleó ahí

como yo no era mecánico me empleó en la intendencia

con un alemán un Furriel muy buena persona

me puse a sus órdenes y trabajé allí con este alemán

en la intendencia y además en una sala…

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Segunda Parte

un día antes de que se terminará la sublevación de Casado, Mera y Besteiro

fui detenido por dos agentes de la Policía Militar

me llevaron a su cuartel general o sea al Ministerio de Marina

cuando estaba allí me sacaron enseguida y me llevaron a una habitación usada donde intentaron tomarme declaración

en ese momento apareció Sousa y Pedrero

y al verme dijeron al que tomaba la declaración no te molestes este sujeto no hace falta tomarle declaración ya le conocemos bien

enciérrelo

me volví, le mire a Pedrero y le dije

lo que pensáis hacer conmigo es lo que Franco va a hacer con vosotros

a empujones me llevaron abajo a las celdas usadas que habían habilitado para hacerlas

estando abajo el vocerío que había era inmenso
ahí era un galimatías que nadie entendía nada
como todo estaba a media luz porque en los primeros momentos de la batalla se cortó la luz

y como los uniformes eran iguales los de un bando y los de otro nadie sabía quién era nadie

el jaleo que había allí era tremendo
se sucedían los insultos de una manera exagerada
el nerviosismo de los que te llevaban como el que te traía era exagerado también
decían todos, uno al otro
cabron!

hijo de puta!

traidor!

esto era una cosa sin parar y el vocerío era enorme quién se lo decía a quien nadie sabía porque todos como repito llevábamos el mismo traje el mismo uniforme

no sabíamos y cómo se estaba a media luz, pues menos

en ese barullo que hubo ahí muy grande

yo me di cuenta de que el jaleo era susceptible de meterse por el centro del mismo

y pausadamente cuando unos entraban y otros salían me mezclé entre los que salían y salí al pasillo suavemente y despacio
en el pasillo iban y venían sin parar oficiales de todas clases

con unas caras muy largas unos y otros insultando

seguí el pasillo pa’alante tomé las escaleras y salí una de las puertas

por aquellas puertas se podía entrar y salir fácilmente porque estaba completamente con las salas de gente que entraban y salían
por lo tanto me escurrí por allí

salí a la calle y pegado a la acera del edificio crucé el Paseo del Prado y salí a la Cibeles

crucé la Cibeles y salí a la Calle Del Barquillo

iba yo por la Calle Del Barquillo

los disparos habían disminuido ya mucho
los ruidos de las ametralladoras apenas y se oían
iba (por)? la Calle Del Barquillo cuando alguien me llamó
Juanito!

yo me volví y aquel era el teniente teniente de de que ahora no me acuerdo de su nombre
de Celada

nos abrazamos

nos sentamos un rato y discutimos

hablamos sobre la situación y quedamos de acuerdo en que al parecer lo mejor era salir hacia Valencia pero como? en qué?

en ese momento vimos una motocicleta parada allí de alguien que había ido había entrado en uno de los edificios

cogí la motocicleta se subió el otro atrás
la llenamos el depósito de gasolina y de un tirón nos presentamos en Valencia

una vez en Valencia

nos fuimos al provincial
allí en el provincial el guirigay era también muy grande
mucho nerviosismo

muchas opiniones nadie sabía que hacer vimos a muchos camaradas importantes

y de repente nos apareció Germán Alonso Padre

y nos pidió dos fotografías que según él nos iban a hacer un pasaporte para poder marchar al extranjero

el mío que había allí era gordo

y los rumores muchísimos
entonces acordamos preguntar a otro que es lo que iba a pasar que es lo que íbamos a hacer si esperar o no esperar y nos dijo uno que ellos lo mejor es que vayáis a Alicante porque el puerto de Alicante lo han declarado Zona Franca

y van a venir va a venir un barco extranjero

dotado por las Naciones Unidas o no se que no el cuento no contaron

que nos va a llevar al extranjero

sin pérdida de tiempo salimos para ir a Alicante

llegamos a Alicante

vamos al puerto el puerto estaba totalmente abarrotado de gente tumbada en el suelo

todos tirados por aquí

nos metimos un poco adentro del puerto y vimos que aquello todo estaba igual cubierto

nos retrocedimos al sitio donde habíamos llegado de principio

nos tumbamos como los demás y allí pasamos la noche

por la mañana de madrugada sentimos mucho ruido de camiones
era nada menos que la división Littorio creo que era bueno una división de camiones de soldados italianos

camiones en muy buen estado

soldados todos ellos muy bien puestos
con ropa nueva

pero lleno infestado de soldado

pararon allí se pusieron a todo lo largo del puerto

y allí estuvieron

cuando amaneció

por la mañana temprano

sobre las 12 o así
estando tumbados en el suelo en un momento dado y yo me levante

y al incorporarme había venido un capitán de la Guardia Civil, un jefe italiano, y un niño muy bien vestido con un traje nuevo y luciendo bastantes medallas

yo al ponerme de pie el capitán de la Guardia Civil me señaló con el dedo y me dijo usted oficial haga el favor

fui allí me cuadré y lo saludé
el correspondió al saludo
pero el guaperas del niño aquél me quiso poner la mano en el brazo y decirme que ese saludo ya no se hacía y que estaba prohibido
entonces yo con mucha más fuerza volví a repetir el saludo

y el oficial o el jefe de los italianos le dijo no Fernández no
éste oficial está en su derecho tiene derecho de hacer su saludo

entonces el capitán me dijo a mí
oiga oficial quisiéramos hablar con su jefe para ver si nos dejaba sacar unos camiones de aquí había tres o cuatro camiones ahí vacíos

sí sí un momento

esperaron allí
atravesé un montón de gente tirada por el ruedo

y llegue al puesto de mando o sea a la sala de jefes de ahí del puerto
aquello estaba abarrotado de gente también
paisanos y militares todos con una cara triste
todos con unos comentarios bastante feos

me dirigí al coronel Burillo que estaba de paisano con corbata y sombrero

Burillo quiere usted hacer el favor de venir conmigo ahí que hay un capitán que desea sacar unos coches de unos camiones de ahí y quiere hablar con el jefe ustedes
Burillo se negó en principio

pero cuando yo insistí con muy mala cara al buen hombre aceptó y vino conmigo hasta la puerta

llegamos a donde estaba el capitán y le presento al coronel Burillo

el capitán de la Guardia Civil le saludó
Burillo se levantó el sombrero y correspondió al saludo

quisiéramos si es posible sacar dos o tres camiones de esos para los otros que nos hacen falta muy bien sí señor
nada más?
no nada más, y se largó
el uno por un lado y los otros hacia otro lado

los otros fueron a buscar dos chóferes

volví a tumbarme dónde estaba y allí he mirado había una familia de gente

que tenía de todo ahí un montón de cosas
entre ellas tenía un botijo bastante grande pintado de colores

pero como los rumores eran feos como la gente estaba ya desesperada pues estaban saliendo ya del puerto entre los que los salian, salieron estos señores

en una dirección hacia no se sabía dónde

cuando salieron estos señores dejaron se llevaron todo pero se dejaron ahí el botijo

al rato reaccioné yo y le dije a Jesús que es el capitán de el teniente de este

camarada que no me viene a la memoria
le dije a Jesús

oye Jesús la cosa ahí dentro

está muy fea
Jesús era ahora me acuerdo el capitán de Celada

de la compañía de Celada
la cosa ahí dentro se respira bastante mal no va a venir ningún barco vamos a salir a ver qué pasa por ahí

entonces emprendemos la salida y alguien le pega una patada al botijo que se rompió
al romperse el botijo empezaron a salir allí billetes del Banco de España que estaban muy bien enrollados de dos o tres en uno y metidos dentro del botijo habían sido metidos con paciencia dentro del botijo

esos billetes ya no valían porque eran de la República y allí se quedaron

salimos nosotros como salía la gente y en la misma dirección del puerto y los camiones de los italianos a ver donde íbamos
y estos iban allí a un kilómetro más allá a un campo de almendros que había en ese campo de almendros seguía la gente tumbada allí había cerca de un millón de personas

nada más llegar ahí yo dejé el macuto

y me fui con un cigarro en la boca directo a uno de los soldados italianos que guardaban aquello

le pedí lumbre para el cigarro

sacó una caja de cerillas
me la entregó encendí y cuando le devolví la caja el soldado me dijo que no que me la quedará me quedé la caja

y en vez de volver a por el macuto atravesé la carretera

delante de la cantidad de gente inmensa que había allí de paisano viendo con tristeza el panorama que tenían los soldados que estaban en el campo aquél que se denominaba el campo de los almendros y metido entre ellos me largué sin más

Jesús al ver que yo me iba corrió detrás de mí
entonces el italiano dijo eh tú dónde vas

Jesús señalando con el dedo hacia mí le dice voy con aquél voy con aquél
y no paso más

hizo lo mismo, atravesó a la gente que había fuera del puerto, se metió debajo de uno de los camiones y pasó al otro lado

cuando estábamos en otro lado aquello era todo lleno lleno hasta arriba de soldados italianos no se podía uno mover no se podía dar un paso que no hubiera soldados italianos

nosotros por miedo a ser delatados nos quitamos las guerreras y las gorras

porque tenían ambas los emblemas del ejército republicano

y lo dejamos allí en un montón en el suelo

seguimos caminando

entramos en un bar pequeño

donde también solo había italianos y una señora gorda que estaba detrás del mostrador
no había nada que comer allí o que ofrecer para comer
había una sola lata de sardinas y un huevo duro metido en un vaso de cristal de estos grandes

mirando la señora le señalé con el dedo al huevo
la señora sacó el huevo nos lo dio, era un huevo duro, lo partimos mitad para Jesús y mitad para mí

me puse a pagar, osea me dispuse a pagarla y

le dí un duro de papel, de los nuestros
la señora me miró y dijo dice no vale no vale

entonces yo la miré a la cara muy fijo y le dije ma donna roja roja ma donna roja
la señora se debió de asustar

cogió el billete

lo metió en el cajón y nos largamos

caminamos sin rumbo

se nos hizo de noche

los árboles de la carretera con la luna nos parecía que es que estaban dando al paseo a la gente

por lo tanto el miedo lo llevábamos dentro el cuerpo pero cuando veíamos esas sombras

no ladeábamos la cara para nada mirábamos siempre de frente sin volvernos

de repente pum, nos encontramos con un Balilla un coche pequeño que tenía en aquella época

los italianos

y un hombre que estaba agachado mirando el motor

el susto fue de los que hacen época

no sabíamos qué hacer pero seguíamos entonces el señor se incorporó en ese momento y dijo oiga quieren hacer ustedes el favor de empujar el coche a ver si anda

sin hablar palabra volvimos dónde estaba el hombre

empujamos el coche y el coche arrancó

nos subimos en el

y nos llegó hasta un pueblo bastante lejos dónde ya amanecía

dijo en una curva de una de las calles de allí
miren aquí me voy a quedar yo bájense
nos bajamos y ahí se quedó o no se quedó, cosa de él

pero sí que nos quedamos nosotros
entramos en un bar, dimos una cabezada, vimos que estaba todo lleno de soldados pero esta vez de soldados de Franco

y Jesús aprovechó ya de la mañana entrada a hacer un poco de repisa y pedir algo de comer

y vino Jesús con un chusco que le había dado un soldado y nos lo comimos

emprendemos el viaje carretera delante

y Jesús tenía un solo empeño

llegar a su pueblo donde su cuñado tenía un rebaño de ovejas

que lo que vivía de eso precisamente

caminando caminando llegamos al pueblo

en el pueblo nos encontramos con el rebaño de ovejas del cuñado de Jesús

ni que decir tiene que lo pasamos extraordinariamente bien porque ordeñó a las ovejas y nos dio a cada uno un tazón grande de leche con sopas

osea aquellas sopas de leche ahora mismo me recuerda los buenas que me sabía con bastante azúcar

el cuñado dijo que no se podía ir al pueblo que Jesús no podía ir al pueblo porque lo buscaban (y que) iría él

y este fue al pueblo, nos quedamos allí
a la hora hora y media volvió este del pueblo con una chaqueta que me la traía para mí
en la chaqueta su hermana había cosido el escudo de Falange
con la cruz gamada y no sé cuántas cosas más
y con ese escudo de Falange

con las flechas y demás historias

que me lo había cosido en la solapa de la chaqueta

me la puse y presumía yo bueno como si hubiera sido alcalde

le dije a Jesús que yo me iba que allí había peligro y que me iba y me fui hacia la estación

llegué a la estación

en la estación esperé más de una hora y vino un tren de dos unidades

que venía lleno de gente hasta no solamente los topes y los estribos si no hasta arriba en el en el techo de algunos de los vagones

yo me colgué de un estribo cuando el tren arrancó

seguí con ellos

y cuando ya habíamos recorrido bastante tiempo bastante trozo íbamos a llegar cerca de Toledo cuando el tren se paró porque no se podía andar más allá porque estaba la vía rota

allí nos bajamos ahí me bajé yo y caminando poco a poco

me fui hacia el río, río arriba entré en Toledo

entré en Toledo y allí en una taverna de un barrio obrero pobre de ahí

me metí había unos cuantos soldados y entre ellos había uno que estaba un poco aparte de los demás me parecía por su cara que no era español y efectivamente era portugués
me acerque a él hablamos y como yo conocía Portugal y sobre todo Lisboa empecé a hablarle el muchacho aquél abría los ojos y se ponía muy contento cada vez que yo le hablaba bien de Lisboa y me decía el obrigado muito obrigado

entonces yo empecé a contarle que conozco la estación de Rocío, la plaza de Carlos cuarto, la avenida de campo pequeño, la rua do la (farina)?
en fin, recité bastantes sitios importantes de Lisboa
al muchacho se le abrían los ojos y repetía obrigado muito obrigado

me dijo me dice mira amigo desde 2 años y pico que llevo en el ejército nadie me había hablado nunca de Portugal bien como me has hablado tú
siempre me han hablado insultando diciéndome cosas y tratándome como una cosa fea

y es que no conocen lo que es Portugal como lo conoces tú
pues nos hicimos bastante amigos

en aquel momento yo veía que la cosa iba muy bien

y le dije

oye y si tomamos algo?
sí!
bueno

pedimos una lata de sardinas

y un porrón de vino

entonces él dijo yo voy a, yo estoy alojado aquí cerca, voy a traer pan

y se trajo dos chuscos uno para y otro para mí

con las sardinas y el vino y el chusco

yo me lo anime bastante y lo vi muy bueno

me animé hasta tal punto que acabamos el porrón y le pedí otro más grande
y yo decía madre mía y cómo vamos a pagar esto?
quién lo va a pagar? yo no tengo un duro!

digo bueno no pienses en lo malo piensa en lo bueno decía yo entre mí

y así fue según estaba yo bebiendo el segundo porrón y le digo oye mira yo voy ahora a Madrid

en Madrid tú sabes hay escasez de tabaco

quisiera llevar tabaco para venderlo
tú tienes algo? y el chico me dijo enseguida si yo tengo 8 o 9 cajetillas te las vendo
yo le dije te las compro

pues bien y dice incluso tengo un compañero que también tiene y ese no fuma
tráete las todas yo te las compro todas

pues bien, el chico se ha ido a comprar o a traer todas las cajetillas y mientras él iba a venir con las cajetillas yo suavemente salí de allí

sin parar por que no tenía dinero y me fui hacia la Puerta de Bisagra de donde sabía que salían los camiones llenos de soldados para Madrid

y allí me subí con mi escudo flamante enseñándole por todas partes

me subí a uno de los camiones de pie como todos los que íbamos allí apretados uno contra el otro llegamos a Madrid

a la calle de Toledo

a la entrada allí en la calle Toledo descargó el camión
Me bajé yo como se bajaron los demás

y fui andando a casa de mi prima pero enseguida me di cuenta que era peligroso que no se podía andar por la calle porque había mucho control

yo safándome de los controles llegué a la casa de mi prima

al abrir mi prima me dijo sollozando que hacía varios días que se habían llevado a su marido osea a mi primo y que no sabía dónde estaba dónde se lo habían llevado

que me quedara yo con la niña y que ella seguiría mirando a ver así una niña de 2 años se quedó conmigo

y mi prima siguió buscando a su marido

sin encontrarle
al siguiente día cuando vino mi prima osea

cuando vino de hacer las pesquisas y no encontró nada que le dije que se fuera a casa de mis padres a Fuencarral y me trajera la ropa de paisano

bueno se levantó temprano cogió un tranvía llegó hasta Sol en Sol cogió otro tranvía hasta Cuatro Caminos y en Cuatro Caminos cogió otro tranvía hasta Fuencarral, total

que por la noche de ese día me trajo a mí toda la ropa de paisano con una corbata y un sombrero

cuando yo me vi vestido de paisano que llevaba ya 2 años y pico sin vestirme de paisano

me encontré nuevo y con ganas de salir corriendo a la calle, pero mi prima me dijo no no lo hagas porque corres un peligro
si acaso mañana por la mañana temprano puesto que por…

Tercera Parte

el Furriel que como uno era una buena persona
tomó algo de confianza conmigo, y me dijo
que él no era alemán, que era austriaco
como su padre, y su padre estaba en un campo de concentración alemán

porque su padre había sido socialista

cuando había que hacer alguna cosa

más o menos importante como por ejemplo

cuando salía un avión y no volvía
la señal de que había caído

ahí no intervenía nadie nada más que el y yo que le auxiliaba
él iba al (indistinguible) donde estaba sujeto que no había vuelto
o los dos sujetos (indistinguible) y el bombardero

en un saquito que tenían a propósito para estas cosas

abría la habitación y recogía todas las cosas de estos sujetos
y las metía cuidadosamente en el saquito para mandarselas a sus familiares
por lo tanto, a través del tiempo se sabía muy bien los que salían y no volvían
otra de las cosas que hacíamos es que cuando salía el aparato
antes de eso, llevaban una caja de madera (indistinguible)
iba llena de termos, seis u ocho termos llevaba la cajita esa
los termos iban llenos de (indistinguible)
y entonces llevábamos la caja al aparato
se la poníamos y nos íbamos y ya estaba
en muchos casos, por el nerviosismo o por lo que fuera
o por el miedo que tenían

iban y volvían con la caja intacta no habían abierto ni un solo (botellín)?

en otros casos sí habían bebido de una parte de uno de los termos
pero nunca se bebieron más de un termo

otro día vino un joven italiano

que dijeron que era el hijo de Musolini
iba ahí a la (indistinguible)

todo eso en un plan secreto
osea que los aviadores no intervinieron para nada
solo una media docena de ellos iban a la sala de fiestas

y con el chico este venía una señorita guapísima por cierto
tomaron champagne en cantidades
creo que fueron 2 cajas enteras las que se chuparon
por lo tanto cuando yo me iba ya a última hora por la tarde

esta media docena de pilotos que se habían congregado allí con el italiano
estaban por los suelos
al dia siguiente me tocó a mi recogerlo todo y ponerlo en condiciones

otro día por la mañana temprano cuando fui al campo de aviación

había dos alemanes cada uno de ellos tenía escolta, recogiendo prófugos
(por la zona)?

había en los alrededores del campo

donde había ahí un un una torre de madera alta
que era lo que se utilizaba como observación
(indistinguible) había siempre cuatro hombres con ametralladora y distintos aparatos
un dia vinieron los ingleses con una puntería tan tremenda
que dejaron caer ahí una de bombas
y aquello quedó totalmente destrozado
y ahí que recogían los cachos o los trozos de personas
que habían sido esparcidos por el (indistinguible) y el campo o entre los matorrales
que era donde habían ido a parar muchos de ellos
todo eso se recogió, ni un solo aviador se acercó ahí
y ningún un solo bombardero, solamente estos dos soldados
recogían eso, pero nadie más
otro día veníamos en el campo, osea veníamos del campo a Burdeos

y en el viaje
en el autobús donde íbamos agarrados de pie a las correas que sujetan a los viajeros

se me acercó uno de ellos de una puntada a otra y me dijo

hola español que hay?
y nada

ya habrás visto que ya hemos liberado otro país, Rumanía

ya les hemos implantado el racionamiento
ya van a tener a (poco y malo)??
y yo le dije callese usted que no se puede ser imprudente

y él me contestó

no hombre estos imbéciles son aristócratas, son todos ellos hijos de gente (elegante)??
y no saben una palabra de nada
entonces no saben y el (indistinguible) el aparato

y el alemán lo ha dicho pero no saben nada
este (lujita)?? había estado en Argentina
por lo que hablaba perfectamente el castellano

y había venido a la base cuando estalló la guerra
se lo trajeron de ahí

otro día otro me planteó un problema parecido

y así cada día encontraba gente nueva que más o menos
se manifestaban en contra de la situación

pero en general eran terriblemente disciplinados y muy serios
no hablaban nada de nada
pasó algún tiempo y como la cosa se ponía muy fea

los amigos me dijeron tienes que abandonar ese trabajo

y venir aquí a trabajar (indistinguible)

entonces con Fernandez Del Pozo se marchó a a España

y se quedó allí con Lopez
este que digo (indistinguible) me había dicho antes

que habían matado a su hermano hacía poco tiempo los agentes nazis
(decidí) antes de trabajar en aviación
contigo (pasé yo)?? con en España
y yo que era el (de la acción)??
todo iba marchando y la cosa no iba mal
yo tenía contacto con los alemanes
que en este caso eran austriacos anti-nazis
del servicio anti-nazi que eran judíos

uno de los días que íbamos a comer
yo iba a comer con ellos
a un restaurante barato y bueno
uno de los días cuando estábamos comiendo
entraron tres sujetos y derecho se atravesaron la sala
y se fueron directo al mostrador

al pasar, uno de estos austriacos dijo “pass mal auf” muy en silencio
yo oí la advertencia y me (dijeron)?? no te muevas para nada
y no me moví
con reojo vimos que estos señores estaban hablando con el del mostrador
que era el dueño

este señor el dueño nunca había hablado con nosotros ni nosotros con el

no teníamos ninguna relación

inmediatamente salieron los tres sujetos

y nadamas salen, este señor ha abandonado el mostrador
y se vino a nosotros

muy en silencio y nos dijo larguense que los busca la gestapo
con este hombre nunca habíamos tenido nosotros ninguna palabra
no nos conocíamos de nada
(indistinguible)
se percató de la situación y nos vamos

claro y detrás de ellos casi pues salimos nosotros
y nos largamos
entonces ya seguía yo trabajando
y han sido bastantes cosas (indistinguible)

entre ellos había ese chico paraguayo o uruguayo
que era el que se (retraía)?? de todo eso
tenía la sangre fría y era muy buen sujeto
y ha ayudado con muchas cosas que muy buenas con los demás

un día me dicen que de París
tenemos que mandar a estos guerrilleros a París

no me sentó bien claro, y los mande a París

a los pocos días en un trabajo mal realizado
o mal organizado

cayeron por lo menos el paraguayo y con el
otro al parecer que iban juntos
tiraron unas granadas de mano en un campo
cercano de las afueras de París

dónde había una pared de medio metro o metro y medio

de desde (indistinguible)

y ahí estaban los demás los franceses

haciendo un gimnasio o instrucción
y estos lanzaron ahí granadas de mano

los otros saltaron la pared, echaron a correr
y como eran muchos, pues naturalmente
a los dos guerrilleros los encontraron, los cogieron y se los llevaron
a los dos o tres días nos dicen los franceses lo que había pasado

y bien (indistinguible) en Burdeos y el propio paraguayo

se decía haberse escapado

con una chaqueta diferente a la que llevaba
total que lo pusimos en prevención y a (indistinguible) de nosotros
pero los franceses cuando se enteraron dijeron que cortáramos con él inmediatamente

eso era grave, nosotros les decíamos que no (indistinguible)
y ellos dijeron que no, que había caído mucha gente entre ellos el portugués
(entonces que era importante)??
y que había caído éste y había cantado y por lo tanto eso no tenía perdón
y luego fui a (indistinguible) hombres, y yo no quise meter en ningun lio de aquellos
porque no me agradaba aquella cosa (indistinguible)
(y que yo me enteré después de que había pasado)??
poco tiempo después acordaron que yo fuera a París
fui a París, y estuve ahí unos días

entonces yo un dia un dia que regresaba a Burdeos

ocurrió una cosa un poco rara
que recordarás de ello ahora cuando lo oigas

venía en el tren de Burdeos

donde yo había subido

un soldado alemán, que no era alemán sino español

pero que yo no sabía lo que era este sujeto

porque iba vestido de alemán con el (indistinguible) y todo como un alemán
pero en la por la manga llevaba un escudo de España y eso me llamó mucho la atención

este sujeto se había escapado nada menos que del (frente ruso)??
y quería ir a España
en el vagón íbamos tres personas
dos y yo, tres
ninguno entre si hablábamos
en aquella época nadie hablaba con nadie
y ahora este sujeto vi que salía del (compartimento)??
de cuando en cuando y se iba hasta el final
y después volvía, lo hacía esto cuando el tren llegaba a una estación
a mi me empezaba la curiosidad porque a ver qué era éste (pájaro)??
ya que llevaba un brazalete con el escudo español
yo no había oido hablar nunca de eso (ni sabía una palabra)??
éste hombre (hizo esto de ahí)??

y ahí del desde el asiento hasta el final donde están en el (plano)??
donde el (plano)?? del tren, el recorrido
miraba y (dormía)??
entonces yo de las veces me (senté)?? con él

y le di un empujón (indistinguible)
y le dije esto es una (indistinguible)

muy claro y (indistinguible) a él

y el me dijo no entender no entender
(me ignoró)?? y se fue a otro asiento
y yo tambien (me he movido)??
luego me junté al lado de él
me puse pegado a él
y quise excusarme de nuevo
(y dice que no entender)??
le señalé con el dedo el escudo
y le dije ya en alemán was ist das?
y él me vuelve a repetir
no entender no entender
y yo digo uy, no sabe francés, no sabe alemán
pero por (la forma era claramente)?? español
y no entender parece español
(indistinguible) lo que pude y poco a poco (aclaré) la situación
el hombre después de un rato de tira y afloja

me dijo que él era español
y yo dije que no le creía
que yo conocía España y nunca había estado en la guerra de España

y le pregunté por el frente y efectivamente (lo tenía de frente)??

y como yo seguía así (indistinguible)

se metió la mano en el pecho y sacó del pecho

un trapo enrollado y cosido a la camiseta
en él había un duro de plata, me lo enseñó
(mira lo ves)??
entonces yo dije (indistinguible) yo tambien conozco España y he estado en España
y me dijo él, dice
de qué partido es usted? Yo soy del partido de los rojos dijo él

y dije ah, muy bien
bueno en total, después de charlar un rato
(y ya cuando el tren ya estaba (indistinguible))??
le dije, mira en Burdeos te bajas conmigo

yo te presentaré a unos amigos
y te quedas ahí
encantado dijo el chico

de acuerdo
llegamos a Burdeos, bajamos

lo llevé a un bar

lo dejé en el bar sentado

y fui a buscar a los compañeros

entre ellos en ti (indistinguible)

y les conté la historia

no me la creíais ninguno
(todos (indistinguible))??

entonces yo dije bueno pues está ahí en un bar
(que estaba pasando al otro lado)?? en la calle y lo veréis
y entonces se decidieron a pasar por la calle y en la calle se veía este sujeto
y lo vieron

nada de acuerdo, de acuerdo
entonces entro por él, lo saco

y le llevamos al río abajo del puente de piedra
en la (indistinguible)

allí se quitó la (guerrera)?? el gorro, y el mosquetón
y le dije, ahora vas a ir con los (con mis compañeros con mis amigos)??

y ellos te llevarán donde (tú les digas)?? (indistinguible)
(indistinguible) y ahí se quedó
(indistinguible) nunca más volví a saber de este hombre
un tiempo después siguiendo haciendo cosas más o menos importantes
(vuelven a (indistinguible) a llamarme a París)??
(ésta vez para que me quedara en París)??
(indistinguible) en París
me presentaron a una compañera
una francesa hija de españoles
muy buena chica, buenísima
y esta chica tenía la misión de buscarme una habitación
donde yo iba a dormir
ella iba a (alquilar)?? la habitación como que éramos matrimonio
pos bien, fui con ella
y cuando (me regresé)?? me dijo (nombre indistinguible)
qué te ha parecido la chica? qué te ha parecido?
y le digo bien, muy bien porque me preguntas?
y dijo me viene muy (pusilánime)?? y me tiene mucho miedo siempre me (indistinguible)
y entonces yo reaccioné y dije ahh pues si
cuando yo iba a llegar al sitio un poco antes
me (volví bruscamente)?? cosa que (indistinguible) lo hacía(s)? con frecuencia
y ví un tipo chiquitín que cruzaba de la acera por donde íbamos nosotros
que era él por la misma acera que venía
se cruzó a la otra acera corriendo
y (indistinguible) los demás no le daba importancia
y no hablamos más
por la mañana siguiente
fui a la casa

cogí la llave y ya me extrañó que la llave del apartamento

no estaba en su sitio
estaba un poco más a la izquierda pero no presté demasiada atención

abrí y me encontré con que toda la habitación estaba muy arreglada, muy bien puesta (indistinguible)
pero sobretodo un pantalón mío estaba muy estirado y puesto en una silla
pero muy bien puesto
ahí dije yo ay aquí hay algo gordo
porque mis compañeros no hacen esto
salí corriendo, abrí la puerta, la volví a cerrar y dejé la llave en el (mismo sitio)??
al día siguiente volví ahí
y cuando volví andaba con toda la precaución del mundo
era por la mañana temprano y nadamas a asomarme

y me encuentro con que la luz está encendida osea que dentro de la habitación había alguien
y yo dije ay malo, mis amigos no se levantan tan temprano
no obstante con precaución me eché hacia atrás y con los nudillos toqué suavemente la puerta

cuando yo toqué la puerta (indistinguible)

la abrieron y salió un sujeto pistola en mano (indistinguible)
yo entonces me eché para atrás corriendo
cogí mi sombrero y se lo tiré a la cara
y el otro se (indistinguible) atrás
mientras tanto yo gané el pasillo

osea el ángulo
gané el ángulo y ya cogí la escalera
y apreté a correr

subía una pobre señora gorda
que subía despacio

y al ver como yo corría se quedó quieta mirando

cuando llegué a su altura

la empujé suavemente y la senté ahí en la escalera

con el fin de que me sirviera de (indistinguible)
así salí corriendo a la calle sin saber dónde iba

y derrepente veo que acaba de abrir una tienda de óptica
y me colé ahí (indistinguible)

le pedí unas gafas al señor que por cierto aún las tengo
unas gafas con cristales (indistinguible) para que no me vieran (indistinguible)
y dijo oui monsieur pero esto hasta mañana no las tendrá usted
y yo le dije tengo mucha prisa
el se percató de que algo raro me pasaba
mientras él discutía conmigo o hablaba mejor dicho
llegamos a un acuerdo de que dentro de dos horas
volviera (indistinguible)
me quite delante de él, el abrigo de cuero
que había sido perforado por dos sitios que habí recibido (indistinguible)

entonces al ver el otro que me quitaba el que iba (indistinguible) y me quitaba el abrigo con el frío que había

el hombre se extrañaba y me miraba
y me dice puedo servirle en algo señor
y digo pues si señor (indistinguible) tuviera un saco viejo usado
para que?
y digo pues pa meter el abrigo éste dentro del saco
el hombre (indistinguible) no se entendía bien ni lo que yo quería ni lo que yo decía
y como vi que vacilaba mucho y estaba tembloroso
digo me sigue la gestapo señor
ahhh oh la la

entonces me sacó un saco usado

metimos el abrigo dentro del saco me dió la mano y dijo dentro de dos horas estoy aquí
de acuerdo (indistinguible)

salí de ahí emprendí viaje

cuando habían dado una media hora o menos

vi una peluquería
me metí en la peluquería siempre con vistazo a (indistinguible)

y en la peluquería pedí que me hicieran un corte al cero
que me cortaran el pelo al cero
el peluquero me miraba y decía este hombre está loco

(viene sin nada al cuerpo)?? y ahora quiere que le corte el pelo al cero
pues muy bien
me cortó el pelo al cero pero él se percataba de que algo raro había y como yo veía que el hombre incluso...

Cuarta Parte

y hablábamos todo lo habido y por haber

uno de los días

que voy a comer con ellos por eso íbamos a un restaurante barato

donde se comía bien y era barato

este día fue un poco raro para nosotros estando comiendo

vinieron tres que atravesaron el salón y se fueron al fondo donde estaba el dueño

el dueño del restaurante
hablaron con él en voz baja
al pasar estos tres por mi lado osea por al lado donde estábamos nosotros
uno de los alemanes o austriacos dijo “pass mal auf” lo cual quería decir ojo mucho ojo
no te muevas me dijeron ellos no te muevas y yo no me moví
y con (indistinguible) de reojo miramos y veíamos que aquellos tres (indistinguible)
estaban hablando dentro con el dueño del café

pero al rato se fueron

y el dueño del café con el que nunca habíamos tenido relación ninguna
comíamos, pagábamos y nos íbamos
pero no habíamos hablado jamás con él de nada

se acercó a nosotros nada más marcharse de esos tres (fascistas)??

y nos dijo largense lo más rápidamente posible

les buscan a ustedes a la gestapo

salimos corriendo y nos fuimos de ahí
sin parar incluso
dos días más tarde fuimos a pagarlo
se lo agradecimos mucho a aquel señor
pero ya dijimos que no íbamos a volver
y él nos lo dijo no no vuelvan ustedes
prefiero perder los clientes a que les atrapen
bueno asi fue

posteriormente tuvimos que cambiar de restaurante

y ir a otro más económico pero en (tal situación)??

éste estaba cerca del taller de Monclús
no se si te acuerdas de Monclús

Monclús más o menos sin vergüenza

tenía dos o tres chicas ahí trabajándole para (indistinguible)

pero un día los maridos de dos de ellas

(indistinguible) y otro un tal no me acuerdo (indistinguible) pero que era asturiano
esos dos tenían las mujeres trabajando ahí

por cierto que eran chicas muy agradables y guapas

y sin saber cómo un dia se los llevó la gestapo
esto nos extrañó mucho sobre todo a mí

que no tenía para mí ninguna explicación
porque estos chicos no trabajaban con nosotros para nada
si bien eran del partido o habían sido ahora no hacían nada
entonces se los llevaron por un soplo de alguien
que no voy yo ahora aquí a comentar pero que sospecho de quién
allí al taller de Monclús iba un sujeto que no sé si tu lo conocerías

(indistinguible) no se si lo conocerias (indistinguible)

en Barcelona estuvo durante nuestra guerra un sujeto alemán

que se llamaba Otto

éste Otto ahora había aparecido aquí con los alemanes, vestido de alemán de sargento
y al servicio de los alemanes
iba bastante por el taller de Monclús como iba también por donde estaban los españoles
sobre todo los anarquistas con los que tenía bastante (indistinguible)
(indistinguible) los dos camaradas desaparecieron y no se supo nada de ellos
por lo que las chicas quedaron bajo la custodia de Monclús

pasó el tiempo y seguíamos trabajando

pero uno de los días en el que habíamos mandado a París a varios guerrilleros
con los que yo iba a trabajar ahí de nuevo
cada uno me había dado (indistinguible)
hicieron un servicio, un poco yo diría mal hecho

y cayeron

éstos tiraron una granada de mano

en un campo donde estaban

haciendo instrucción

los anarquistas francés

cuando las granadas cayeron allí
éstos saltaron la pared y corrieron detrás de éstos

y cogieron a a a estos chicos sobre todo al paraguayo

el paraguayo, a los pocos días

se escapó según él decía

y vino se y vino a Burdeos de nuevo

los franceses nos dijeron que había que romper con él

que habría cantado y había dicho todo lo que sabía y mucho más

incluso cayó con él el portugués que era el jefe de todos en París

yo me opuse a eso
nos dijeron que rompían con nosotros si no lo hacíamos
entonces todos dijeron bueno pues bien
y pasó lo que pasó con aquel portugués con aquel paraguayo
y ya lo sabes tú, y yo desde luego no intervine
así quedó todo

poco tiempo más tarde

se acordó

que nos viniéramos a España
porque la situación ahí era fea para nosotros para todos

cambiamos la dirección volvimos otros compañeros

en la dirección y nosotros para España

pasamos el Bidasoa para salir al otro lado a Irún
y ahí fuimos por una caseta que hay ahí

que había unos compañeros siempre ahí

cuando pasamos al otro lado nos aseamos, nos arreglamos un poco
y de allí cogimos lo que se llama el tubo o el topo
que es un tren medio subterráneo que va por ahí, el topo

nos llevó a San Sebastián
en San Sebastián estuvimos bastante tiempo
mientras se arreglaba la situación nuestra

por último vino Carreras y dijo, Carreras vino ahí, y dijo que si

que ya había dinero y posibilidades de ir y fuimos a Madrid

en Madrid nos reuníamos recordarás

en la calle de Serrano

en un caserón muy grande en el sótano

con permiso del portero

y allí íbamos a reunirnos con cierta frecuencia

tú entonces un día me dijistes

que el Trilita había sido detenido en Madrid

pero como era con una cosa de relojes o no sé qué historias te lo habían soltado enseguida
y que éste te iba a traer a tu mujer
a mí aquello no me gustó nada
pero se trataba de tu mujer y de ti

y yo accedía a los a lo que tú quisieras que hiciera
efectivamente entonces me dijo él me dijo me dijistes tú que a ver si yo que tenía que ir a San Sebastián no a Santander por aquellos días podría acercarme allí

a San Sebastián y ver lo de su mujer en qué situación estaba

yo dije tratándose de ti o de tu mujer lo voy a hacer pero no me gusta

en el tren llegué a San Sebastián
a la cita

la cita era a las doce del día en uno de los lados del puente

media hora antes ya estaba yo allí merodeando por todos los sitios a ver si veía al Trilita antes que el Trilita me diera a mí

no le ví

pero cuando era la hora me escondí me parapeté

desde un sitio donde yo veía bien el lugar donde habíamos quedado de encontrar la cita y donde dominaba todos los alrededores

estando allí en la cita

mejor dicho en el lugar donde yo estaba escondido

vi que venía a la cita convenida el tal Trilita con otro sujeto y venía antes un poco antes de la hora y venía con el individuo y aquello no me gustó

ya no me gustaba nada aquello pero entonces se despidió el otro que iba con él

y se quedó por allí cerca
y el Trilita fue a la esquina del puente donde habíamos quedado

me lo veo por allí dio vueltas y más vueltas pasó al otro lado volvió y estuvo mirando todo aquello que yo ya lo tenía bien mirado

como no me veía y el tiempo transcurría pasaba

volvió al sitio y el otro le hizo una seña

para que fuera donde estaba él

eso ya dije yo malo malo

por ahí donde estaba el otro hablaron y de nuevo volvió otra vez al sitio indicado

yo los estaba viendo a los dos

casi media hora después le llamó de nuevo a Trilita el otro salieron y juntos se marcharon de allí sin verme a mí y sin que yo los viera a ellos

cuando ya me había separado yo de ellos

fui a preguntar algunas de las casas de mis compañeros donde yo había estado contigo y con (indistinguible) cuando pasaban por España

preguntando en esas casas

nos dijeron en cada una de ellas

que había ido la policía y que los habían detenido y uno de ellos dijo creo

que uno de los que venía con la policía era uno que había estado con vosotros antes
sin duda ese era el Trilita

y bueno

tome el tren sin pérdida de tiempo
prendí ahí a Santander que era donde tenía que haber ído

pues me vine a Madrid

llegué a Madrid

me encontré con el pastel nada más llegar a Madrid

los amigos me dijeron lo que había pasado
que había caído la estafeta que entonces ya te habían cogido a ti

y creo que al Carreras también

no sé si en ese momento o dos o tres días después
el caso es que cayó todo

me quedé desconectado no tuve a nadie a nada
no sabía qué hacer

y entonces me fui con Juan Fernández del Pozo al pueblo (indistinguible)

estuve allí con él varios días
bastante tiempo

iba y venía a Madrid pero yo no localizaba a nadie

por lo que seguía en el pueblo aquel

más de un mes

cuando ya había pasado ese mes

intenté hacer algo

pero no pude no encontré material

no era posible

entonces

me marché de nuevo

y le dije a Fernández del Pozo cuáles eran mis intenciones

y él me dijo

pues mira a lo mejor que tendrás que hacer es largarte

y así pasó

me largué de allí

durante algún tiempo

y no volví a intervenir

fui al Barcelona

de nuevo

y allí la situación seguía siendo muy difícil también para nosotros

por lo que tampoco pude hacer nada

en vista de todo eso

anduve yendo y viniendo de Barcelona a Madrid

pero sin nada
(indistinguible) gestiones y acierto a dar con unos cuantos que forma un grupo en el que estaba

el imbécil de

de Uceda Carlitos Uceda y su mujer

y este cayó y por él cayó también entre otros

Celada, un chico buenísimo que le hicieron juicios malísimos y lo mataron

antes de todo eso se me olvidaba decir

que había caído un compañero buenísimo

que era, como se llama ese

Cazorla

Cazorla había sido jefe de la seguridad

y había estado durante mucho tiempo cumpliendo con nuestra obligación al final de la guerra

con una represión fabulosa de los anarquistas contra él

este estaba refugiado

con una familia en Las Manoteras cerca de Madrid

y ahí fueron a por él y ahí lo cogieron
y no duro nada, de inmediatamente lo acabaron

bueno de momento no me acuerdo así de más cosas importantes

ya te diré algo en otro rato

recordarás que tenía olvidado de anotarlo ahí

que estando tú allí

el cuñado de Pastrana el sastre fue un día a llevar propaganda a la caserna Bañel

y lo atraparon

también atraparon a su cuñado de Pastrana

Pastrana salió más tarde

y yo un día en Barcelona

entonces en uno de los viajes que tuve que hacer aquí de Madrid a Barcelona que hacía con frecuencia

me encontré con su mujer, la mujer de Pastrana

que estaba yo en la parada de un autobús de un tranvía y me vino y me dijo
hombre que hay? que tal?
y digo y qué haces tú aquí?
que me han traído los alemanes en avión!
ahhh
quieres venir a ver a mi marido?
y digo no muchas gracias
y la dejé y me fui
nada más
por lo demás

ya sabes dónde tienes tu casa

si vuelves a España o por lo menos aquí a Barcelona aquí tienes tu casa

fue para mí un placer fabuloso abrazarte
ya que no puedo verte por estar ciego

te deseo mucha suerte

te mando un abrazo muy fuerte

para ti para tu mujer y tus hijos

y repito me sería de gran placer poder volver a tener que cerca de mí pero no obstante me tienes a tu completa disposición

si en la cinta ésta no he acertado lo que tú querías lo siento mucho pero si me dices lo que sea yo procuraré volver a hacerlo

un abrazo muy fuerte para todos vosotros

de Juan Sanz

Lagos (su nombre de guerrillero)


##################################


Voz de Antonio Mediavilla:

a Juan Sanz Juste

combatiente inveterado por la libertad del hombre

12 de febrero de 1992

en tus tinieblas recientes
en tus pesadumbres del corazón
te llegó tu hora de descanso

cuántas vueltas le habrás dado en tu mente
durante estos largos meses de oscuridad

cuántas veces te figuraste el momento que acabas de pasar

cuántos reproches sin destinatario habrás formulado con motivo del increíble desenlace del derrumbe del este europeo

cuántas preguntas sin respuesta te habrás hecho en tu larga noche

estoy seguro que por tu mente habrá pasado una y mil veces la película de tu fructífera vida llena de sobresaltos y heroísmos personales que en su momento llegaron a ser para ti el centro del universo por lo que en ello te jugabas

también estoy completamente seguro de la pregunta más (aquiescente)?? que habrá martillado en tu cerebro

para qué?

pero tu nobleza y compromiso
que habrán impedido revelarte y habrás sin duda encontrado una respuesta rayana en

la (indistinguible) de la que para bien o para mal participo

para seguir creyendo en algo aunque en el fondo lo consideremos inalcanzable

Antonio